Lejos de ser una típica novela para un público adolescente, la lectura más profunda de Cazadores de Sombras sorprende gratamente a quienes se acercan hasta ella sin prejuicios. Casandra Clare aúna en sus novelas mitología y cultura urbana y construye una saga en la que la lucha clásica entre el Bien y el Mal, los ángeles y los demonios se completa con los Cazadores de Sombras, que dan nombre a la trilogía. El trabajo documental de la autora fue extensión, tal y como ella misma ha reconocido en sus entrevistas:
“Quería asegurarme de que los diferentes mitos demoniacos estuviesen presentes, por lo que investigué en la demonología de las culturas japonesa, india, tibetana, clásica e intenté representarlos a todos en el libro. Leí mucho sobre la mitología de los ángeles caídos y los demonios, sobre Raziel, un ángel que, según la tradición cabalística de los judíos fue el que entregó a Adán el Libro de la Sabiduría cuando se encontraba en el Jardín del Edén. Me pareció la figura más adecuada para retratar al ángel que le proporciona el libro gris a mi primer cazador de sombras… Y eso es solo un ejemplo”, explica Clare.
Con un apoyo sin precedentes por parte de Stephenie Meyer, que sin duda ha contribuido mucho a la aceptación de la trilogía entre los seguidores de Twilight, crítica y público parecen coincidir en que Cazadores de Sombras se ha ganado por derecho propio su papel en la lista de los más vendidos. “La fantasía es una alegoría de la vida, y ofrece grandes verdades a quien está dispuesto a ver”, asegura esta autora que ha conseguido con su saga mantenerse durante meses entre los 10 primeros puestos de la lista de los más vendidos del New York Times.
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