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lunes, 6 de mayo de 2013

Jaime Lannister: más allá del bien y del mal

"A la luz de la linterna, la brillantez dorada le hacía parecer una gran bestia amarilla, magnífica incluso encadenada. [...] e incluso entonces, el poder y la belleza de ese hombre eran evidentes"
Choque de reyes
 "¡La magnífica bestia rubia vagabundea codiciosa de botín y de victoria!"
 F. Nietzsche
 El filosofo alemán F. Nietzsche mostró en su Genealogía de la moral una auténtica fascinación por la bestia rubia (el guerrero que anidaba en todo hombre civilizado). Nietzsche  descubrió que los valores creados por occidente habían transformado la moral de los señores (los fuertes) en valores negativos por culpa del cristianismo que había sustituido el sentido aristocrático de los griegos arcaicos (véase La Ilíada) por una moral de esclavos donde la bondad y la compasión eran virtudes buenas mientras que la ambición, el coraje y el instinto devinieron en vicios capitales. Para Nietzsche las nociones de bien y mal no se sostenían sin un Dios del cual se pudiera demostrar su existencia. Y muerto Dios, herida de muerte estaba también la moral que los sacerdotes (seres débiles y enfermos que habían renunciado a la vida, y lo que es peor, querían que los demás hombres hicieran lo mismo) habían creado a lo largo de los siglos. La moral occidental había surgido del resentimiento de los débiles...
 Jaime Lannister es un hombre bello, noble, fuerte y que desprecia a la muchedumbre (como él mismo dice en el magnífico diálogo con Catelyn Stark en la cárcel de Aguasdulces: no hay otro hombre como yo). Nietzsche  pensaría igual de sí mismo. Jaime no duda en seguir sus instintos y pasiones, aunque no lo dominan, simplemente no las reprime. No tiene conciencia moral, solo una ética individualista, es un hombre que se encuentra más allá del bien y del mal, aunque es cierto que el hecho de ser un Capa Blanca le invalida para ser un Superhombre nietzscheano, pues  Jaime sigue las órdenes del rey y de su padre. Aunque Jaime no es cruel y sádico como Joffrey o Vargo Hoat, tampoco es compasivo, no tiene el sentido kantiano de la ética de Stark, simplemente es un hombre aristocrático como era Aquiles, un "héroe" que visto con criterios actuales deprecia la más mínima noción de derechos humanos. No tiene la libertad que vemos en Tristán (Brad Pitt) en Leyendas de Pasión que es una interpretación muy plausible del superhombre nietzscheano, como el mismo Jim Harrison, autor de la novela, reconocía. Tristán y Jaime son ambos bestias rubias, hombres que viven según sus normas y a los que el darwinismo no alcanza hasta que llega su destino glorioso. Quien a hiero mata...   
El reproche que le podría hacer Nietzsche es que su voluntad de poder está reducida a la nada. Si Jaime fuera un hombre con ansias de poder podría ser como César Borgia: un hombre apuesto y buen guerrero, enamorado de su hermana (Lucrecia, Cersei), hijo de un hombre de grandes ambiciones y con ansías de crear un linaje duradero y con poder en la Italia del Renacimiento (Alejandro VI, Tywin Lannister). El final dramático de los Borgia: con César en Navarra, asesinado en un bosque como un perro, y el envenenamiento del Papa de origen valenciano preludian un final nada halagüeño para la casa Lannister...  ¡Aunque con Martin y pensando en como acabó la Guerra de las Dos Rosas todo es posible!
La Mano del Rey 

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