Como todo obsesivo y egocéntrico, el Tiburón de Space necesitaba hablar de sí mismo un poco más y a los periodistas de la gran Latinoamérica con extrema prioridad. Oyó que lo extrañaban (probablemente sólo en su cabeza) y decidió lanzarse de lleno a un terreno del que no tiene la más mínima idea: Youtube.
Reflexiones absurdas, crítica despiadada de trailers, pésimos consejos, rankings que nadie pidió y más. Todo sea por su fan número uno: él.